Novena Maratón, Buenos Aires 13/10/2013

“A cuánto vas a correr?” Me preguntó un pibe cuando fui a retirar el kit de corredor. 
“A 4:20”.- respondí. 
“4 horas 20 vas a a tardar?” intentó aclarar. 
“No” corregí yo, “ a 4 minutos 20 segundos el kilómetro” lanzando una mentira intencional y poniendo cara de pelado veloz. 

Entonces me entregó una cinta naranja. Con ese color de cinta en la muñeca, podría entrar al corral de adelante, junto con los pibes de la AAPP que salían para bajar las 3 horas. 

Mi verdadera estrategia era correr parejo a 6’:15’’, intentando llegar en 4 horas 24 minutos, pero quería largar adelante, para estar un rato en la previa con ellos, hacerlos reír un rato. 

Además mi remera celeste dice Ten Kei en la parte de atrás, entonces, a medida que los conocidos me iban pasando, me iban saludando y los primeros kilómetros se hacían entretenidos y charlados. 

En esos kilómetros, hay que usar el reloj como tope, para no salir muy apurado ya que los segundos que supuestamente se ganan ahí se devuelven amplificados entre el 35 y el 40. Igual, es muy difícil, después de una buena descarga, encontrar el ritmo conservador, vas un poco más rápido y te parece “natural”. Una de las tentaciones a vencer para llevarse bien con la cuarentona. 

Por el km 2 alguien me dice con acento san isidro: “Tenéj una shjinta pegada en la zapatiisha” y tuve que parar a depegarme una cintita esas de los corrales que se había adherido a una suela. 

Pasan muchos amigos, Loyola, Berna, Richard con el banderín de 5:45 y al doblar por Dorrego, debajo del cartel del gato lisérgico que nos aconseja “Se feliz” aparece Anita Martínez, que sale fuerte a 5:40 para intentar bajar las 4 horas. Corrí un ratito con ella y se fue alejando. 

El día está complicado pienso, yo había estado dudando de correr a 6:10 o a 6:15 pero dada la humedad, me había quedado con la idea mas conservadora. Aparte las vacaciones en Punta Cana, justo en medio del periodo mas cargado de entrenamiento, habían atentado contra el volumen acumulado necesario, y con la dieta también. 

Al doblar por Libertador aparece Kolyiken con su look “inspector Gadget”. Él se había ofrecido para acompañarme un rato, lo que acepté con gusto. Aprovecho su entrada en frío para bajar un cachito el ritmo ya que iba a 6:00 mas o menos, me convida un trago de agua y ponemos proa al centro. 

En el primer puesto de hidratación (km 5) tomamos agua y seguimos hacia la primera curva, donde comienza la subida por la Avenida Alvear. 

Ahí le expliqué a Kolyken mi táctica de tirar cuerdas, de modo de ir corriendo por las rectas mas cortas entre dos puntos. Mi premisa es que “a mayor cantidad de curvas que dobles por la cuerda, menos metros correrás” En un circuito como este hay 55 curvas, si te ahorrás 2 metros en cada una, son 110 metros menos. 

Veo que ya tengo transpirada la remera, es demasiado pronto y mi consigna es llegar fresco al 38, para poder hacer el tramo de los lagos en buena forma. A trotar mas lento, entonces. 

Despues de la bajada de Callao esta el primer puesto de Gatorade, tomo un sorbo y me doy cuenta que tengo que hacer un pis-stop. 

Por ahí nos pasa el Laucha con el banderín de 6:00 y un nutrido grupo que lo iba alentando. 

En Retiro me meto a Plaza San Martín, busco una palmera, un pis y sigo. Kolyken me espera y seguimos juntos. 

Hasta esa zona los temas de charla eran cosas de runners, carreras, tiempos, marcas, zapatillas, medias de compresión, etc pero sale el tema del retiro soñado en Uruguay donde cada uno cuenta sus ideales. 

Pasamos por la calle Tucumán mi oficina actual y empiezo con los geles GU chomps, aprovechando el agua del km 10. 

Por Carlos Pellegrini nos pasa la pacer de 6:15, llevaba el banderín Stella Maris del Papa (60 maratones corridas) , iba un poquito rápido para nuestro gusto, decidimos llevarla a tiro, pero no pegarnos a su grupo. 

En esa zona nos pasa también la rubia Valerita, y dos muchachos del foro, Sergio y Mariano, que muy cordialmente se presentan y nos saludan. 

Bajando por Corrientes se sentía muy poquito viento en contra, por eso era importante no separarse mucho del banderín. 

En Diagonal Sur hay un retome donde se pueden ver y saludar muchos corredores. 

También pasé cerca de un grupo de gordis amateurs que tiraban un paso al ritmo de musica pop, en el monumento a Roca. 

Cuando bajamos frente al Ministerio de Economía venía pensando que nos convenia mas, si seguir al reparo del grupo “desacatado” o dejarlos ir, enfrentando el vientito pero respetando nuestro ritmo. 

En esas cavilaciones andaba cuando desde un costado me saludan mis colegas ravenianos el Turco y Alfredo, que hacian su entrenamiento de 32 km rumbo a los 42 de Nueva York. y estaban cambiando el recorrido, evitando la Bombostera. 

Hablando de eso, cuando mirábamos hacia ese sector veiamos una columna de humo muy denso, color gris oscuro, y bromeabamos con se quemaba la cancha de Boca. Se escuchaban sirenas de autombombas. 

Despues nos enterariamos que el incendio fue en un conventillo del barrio y hubo dos muertos. 

Ese tramo del circuito es el que me gusta menos, feos olores y visuales villeras. Además este año en vez de ir por la dársena del Riachuelo, cerca de los barcos, íbamos por adentro, bien debajo de la autopista y demasiado cerca de la villa. El paso de una autobomba en dirección contraria a la maratón abortó una larga cuerda con la que me pensaba ganar unos metritos. La presencia de la autopista como techo, enloquecía los gps y aumentaba la sensación de calor y humedad. 

Cerca de la zona donde se cruzan las vías, hay que mirar muy bien donde se apoya el pie, lamentablemente Kolyken tropezó varias veces y no paró hasta caerse, medio desparramdo por el suelo. 

Paré el reloj como para ir a darle una mano, ayudarlo con el agua, a lavarse, pero pareció que su orgullo fue mas fuerte y muy rapidito se levantó y siguió viaje. 

Dijo que solo le molestó un gemelo, pero que estaba bien. Ahí había frutas por primera vez en la carrera, asi que unos trocitos de bananas y a cronometrar el paso por la media maratón. 

Yo tenía preparado un papelito con los parciales acumulados para el 6:15 min/km: 

0                        07:32:00 
5      00:31:15    08:03:15 
10    01:02:30    08:34:30 
15    01:33:45    09:05:45 
21,1 02:11:15    09:43:15 
25    02:36:15    10:08:15 
30    03:07:30    10:39:30 
35    03:38:45    11:10:45 
40    04:10:00    11:42:00 
42,2 04:23:30    11:55:30 

Lo miré unos instantes antes de cruzar el arco del km 21 y me dio casi exacto “2:11:45” 

La hinchada de Stella 6:15 también festejó su precisión. 

Esa clase de “mini logros” ayuda al espíritu y a creerse maratonista. Yo seguia con mi consigna “Fresco al 38” y no pensaba cambiar el ritmo. 

Cuando salimos del tramo de los camiones estacionados, ya ibamos pasando gente caminando y nos aproximábamos a la estatua de Lola Mora. Un corredor en vez de hacer el rodeo por la calle, siguió derecho, como quien iba a entrar a la Reserva. Hubo un par de silbidos pero no acusó recibo ni cambió su dirección. Eso es hacer trampa, no es “tirar cuerdas”. 

Unas cuadras mas adelante, viento a favor, nos pasa el amigo Walter, lleno de contradicciones, corriendo fuerte (a 6/6:10) pero nos dice “Vengo fusilado” “en cualquier momento palmo” o algo así. 

Yo quise hacer el chiste de pegarme pero significaba un cambio de ritmo sin sentido y muy muy lejos de donde se puede aprovechar. Kolyken me frenó. Nos dimos cuenta que nos habiamos adelantado un poco del banderín, pero seguiamos bien. 

En la U del final de Avenida de los italianos tampoco habia alfombra de medicion de parciales, un desastre la ausencia de controles, una carrera ideal para los tramposos, ya que desde ahí corriendo un par de cuadras por el puente de Córdoba, pasarias del 25 al 29… 

Hicimos unos kilómetros viento en contra, amparados por tres corredores que iban hablando de compras en dólares, esas cosas. Uno de ellos era el ladri de la estatua, al doblar hacia el Hilton, apareció un largo puesto de gatorade, le apunté al último asistente para ahorrar metros y lo vi adelante a Walter, parando. 

Pasando el 28 nos despedimos con Kolyken, gran asistente, fui al baño en Prefectura y encaré la recta de Moreau de Justo mas liviano. 

Pensaba que me tocaba correr en soledad el tramo donde años anteriores me había acelerado, esta vez lo haría mas tranquilo. 

En el 29, alguien alentó diciendo “Vamos que no falta nada y un pibe mala onda tiró “Jé, les faltan nada mas que 150 cuadras”… 

En el 30 había un grupo de gente del AZ team, que me vieron pasar sin conocerme, hasta que les dije algo. Estaban esperando a un par de debutantes y a otros reincidentes que venían mas atrás. 

En la silenciosa zona de las areneras, previo saludo a don Atletista, había unos carteles de un fotografo que avisaba A 150 metros acomodate la remera, a 100 metros Peinate, (no en mi caso) a 50 metros “Sonreí” 

Forecé una sonrisa para la foto con cuidado de no acalambrarme, y me acordé del consejo Keep Smiling, que nos recuerda a los “recreativos” que no importa tanto la velocidad sino el ir disfrutando los momentos. 

Por el 34, rumbo Aeroparque, apareció el sol muy fuerte, se configuraba el coctel “Sol+Calor+Humedad” que iba a terminar de reventar a los heridos, y de golpe, como de parado, me pasó Luisito Monetti del BAC Rosedal entrenado por Monica Cervera, que estaba debutando. Lo acompañaba en patines una compañera Belu, a quien le pedí si tenía agua para pasar un gel y me convidó, muy cordialmente. 

Después de eso la pasé a Valerita, quien acompañada por GG y un par de amigas se venía quedando un poquito, me pareció. 

Mandé un par de almendras saladas porque me sentí apenas mareado, y pensé que con tanto transpirar, necesitaría un poco de sodio. 

En el Planetario me esperaba mi hijo Agustín (21) y Gabriela mi esposa, que sacó una foto del encuentro familiar. 

Yo le había dicho que entre 11 :10 / 11:15 iba a andar por ahí, y llegué justo 11:15. 

Fue muy bueno correr los ultimos kilometros con él, que se ocupaba de la logística y me daba charla. A mí me pareció que una vez cumplido el compromiso de encontrarnos a horario, ya no tenía mas sentido mirar el reloj. Hacía calor, me iba a caer en el ritmo y de verdad ya no me importaba. 

Había un pibe del Neo team llorando a los gritos, daba mucha pena, pero seguía corriendo, así que no sería muy grave. 

Pasamos al que cantaba en coreano Gangan style y no dio para bailarle nada. 

Cerca del Lawn, saludo a Tomy Kotler y su bebé, me sacó una foto acompañado de mi hijo, espero que haya salido bien… 

Llegando al 38, no estaba fresco como me hubiera gustado, caminé un ratito para tomar el gatorade del puesto y darme una mini ducha con el agua que Agustín me trajo del baño del Golf. 

Cerca del 39 lo mismo, otro golpe de agua y aparece David Chioma acompañando a otro pelado del equipo AZ. El me consulta si vengo solo, si necesito algo, le explico que todo estaba muy bien. 

En el retome del 40 estaba Migue, el Renato de la APPP, que me alentó, le pregunté como les había ido a los pibes y me contestó un críptico “Hubo de todo”. Imaginé quien podía haber logrado el sub 3, y ahí me dejé captar por el efecto del arco de llegada, que pese a faltar 2 km ya se sentía. 

Esos 2 km fueron de emoción, sonrisas, el recuerdo de mi amigo Juan que dejó este mundo en septiembre, un repaso de todas las cosas que viví en las 15 semanas previas al maratón, el paso por el pasillo de gente, algún saludo desde las vallas del lateral izquierdo, y un avioncito planeado en la zona de la llegada. 

Despues de todo, había terminado entero mi novena maratón, compartiendo con mi hijo los ultimos 7 km. Enorme alegría y serena satisfacción. Un tiempo neto de 4 horas 28 minutos 51 segundos. 

Agradezco a Jorge Castillo que me ayudó con las plantillas, a Oscar Ojeda y Miguel Renato con el menú de entrenamientos, a toda la banda de la AAPP por el aguante, a los amigos del AZ team con los fondos largos, mi familia que siempre ayuda, a Daniel Kolyken por la compañía y a todos de quienes me debo estar olvidando.
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Ten Kei 

"Maratonista Recreativo"