21 km de Hamburgo, Alemania. 1° de Julio 2018 Hella Halb Marathon


Una media maratón de verano, que larga a las 10 am?

Son cosas que solo se pueden planear en zonas frías, pensaba yo, mientras caminaba buscando sombra, desde el lugar donde estaba el guardarropas, y chequeaba los 25° de temperatura en mi celular.

La caminata era de unas 12 cuadras, desde  el predio ferial ferial de Hamburgo donde se habían armado los guardarropas y vestuarios , hasta el lugar de la largada, en Reeperbahn, la avenida principal del conocido Barrio Rojo de Hamburgo. 

Era muy extraño ver a los runners entrando en calor en ese ámbito caracterizado por vidrieras con grandes fotos de chicas en bolas, lugares de venta de bebidas alcohólicas, sex-shops gigantes y centros de apuestas.

La largada fue hacia el oeste, muy ordenada y con pacers que estaban bien ubicados, según sus tiempos estimados de llegada y que se habían mezclado desde los corrales de inicio junto con los corredores que los usarían como guías.

Largada en leve bajada se pasaba por el barrio de Altona, muy cerca del cementerio judio y de la estatua Stuhlmannbrunnen

Despues se metia por unas callecitas portuarias en un barrio que alguna vez fue refugio de holandeses perseguidos (la historia liberal de Hamburgo viene desde muy lejos)
Y por el km 3 doblabamos en bajada hacia la izquierda, rumbo a la zona del rio Elba. Ahí bordeabamos uno de los primeros parques lineales que ibamos a recorrer y yo me tiré hacia el borde sur de la calzada, para ir por la sombra. El calor me hacía pensar en que la jornada se iba a poner mas densa a medida que el sol pegara mas directo.

El primer puesto de agua en el km 5 apareció en una zona muy cercana al
mercado de pescadores, y no hubo inconvenientes en hidratarse con vasitos descartables.

Para el Km 7 encontramos otra vez agua del sponsor principal de la carrera y una  subida muy empinada que caminé, en honor a una contractura en un gemelo que me acompaña desde hace tiempo.

Luego recorrimos una zona de edificios hermosos, muy turisticos todos ellos y en el  Km9 sobre la derecha dejamos al antiguo puente kornhaus brucke flanqueados por monumentos de Cristobal Colón y Vasco da Gama. Un gusto verlos juntos y un honor para mí conocerlo al Vasco ese.

Dejando la zona portuaria, cruzamos un Tunel largo donde había un dj agitando el ambiente con una laptop chiquita, musica electronica punchi punchi y luces estraboscopicas. Salimos hacia una zona bien linda y centrica, rumbeando al
puente Kennedy donde había mucha gente alentando y una (de las tantas) banditas de percusión con tambores . 

Justo estaban haciendo un ritmo que me hizo acordar al Matador de los Cadillacs asi que estuve un rato tarareando esa canción mientras trotaba haciendo cálculos de tiempos estimados. 

Por el km 12 el sol ya se habia ensañado con los corredores y daban muchas ganas de tirarse a la sombra a sacar fotos con las visuales que ofrecia el lago mas grande de Hamburgo repleto de veleros y embarcaciones.

Pasando el Km 14 hice un pis stop en un baño de obra, ya que iba demasiado rápido segun mis estimaciones.
Justo en la marca del Km 16 me encontré con mis familiares, segun el horario pautado previamente, fotos varias, besos y listo, a trotar hasta la llegada sin ningun tipo de compromiso.
En el km 17 se cruza un puente con una hermosa vista hacia el sur, donde al final del lago se recortan las cupulas de las iglesias y los edificios que caracterizan a la ciudad.
En el 18 había mucha gente alentando, mucha fiesta y aproveché a conversar un rato en inglés con un corredor que lucia una remera de la maraton de Grecia 2017. Segun él, ahí estaba haciendo mas calor ahí que en Grecia, lo cual es mucho decir.

Por el 19 me encontré corriendo por una zona bellisima que nunca había recorrido antes y todavia me sentía muy bien.

Pasamos por un sector de edificios palaciegos y en el ultimo tramo habia de ambos lados de la calle un espactaculo no tan habitual en las medias, muchos caidos, acalambrados y desmayados, claramente por los efectos del sol el calor y algunas fallas de la hidratación.

En la recta final hacia el arco del llegada pisamos una muy elegante alfombra azul, y para festejar tan hermosa media maratón, hice un avioncito planeador en los ultimos metros, pronto a a recibir la medalla mas hermosa de todas las que me han regalados en estos 10 años de carreras.

Quedaba todavía una caminata larga rumbo a la zona de cervezas sin alcohol (había de 3 tipos, todas de marca Erdinger) y las mezclé con una banana y trozos de pretzel típico del lugar.

Despues llegabamos a los guardarropas y a las zonas de duchas al aire libre, un servicio desconocido por mis pagos, que no usé porque no había llevado toalla ni jabón. Shampoo no uso hace años, no jodan che.

Pegué la vuelta en subte hacia mi barrio hamburgues luciendo orgulloso la medalla de los 21k. Esa medalla que es tan linda pero tan linda que se la terminé regalando a Tobias mi nieto, para que le quede como un recuerdo de su abuelo maratonista, que una vez lo fue a visitar, pocos dias antes de su tercer cumpleaños.